¿Quién piensa en el bienestar de los cuidadores de cuatro patas?

Los perros de terapia corren el riesgo de sufrir trastornos psicológicos producto de una tarea necesaria pero para la que no están preparados mentalmente.

PAULA CALVO
Investigadora en la Cátedra Fundación Affinity Animales y Salud de la UAB.
(Texto traducido del artículo publicado en el diario Directa de Cataluña el 14/06/2016)

Esta es la historia de Tim. Tim es un perro que fue criado con un objetivo: convertirse en un perro de terapia para ayudar a la gente que lo necesitara. Sus padres eran perros de terapia y, por tanto, el destino de Tim estaba ya marcada antes incluso de nacer. Desde cachorro se le empezó a preparar para esta importante tarea: convertirse en un atento y obediente perro de terapia.

¿Qué significa ser perro de terapia? Su tarea principal es la de colaborar en las sesiones de terapia para personas de colectivos diversos que puedan necesitarlo, desde situaciones de exclusión social a enfermedades de todo tipo. Así, Tim trabaja diariamente interactuando con personas que necesitan su apoyo terapéutico. Principalmente Tim ayuda a personas con trastorno mental y/o con discapacidad intelectual. La rutina de Tim consiste en acompañar a Ariadna, su guía humana, que es psicóloga, en sus sesiones terapéuticas con pacientes residentes en centros geriátricos y psiquiátricos. Desde que Tim cumplió dos años, cuando finalizó su etapa de entrenamiento y se certificó como perro de terapia, ha estado trabajando cuatro horas diarias, cinco días por semana, dando apoyo emocional y convirtiéndose muchas veces en el protagonista de las sesiones de terapia para los pacientes de Ariadna.

Durante tres años, desde su certificación como perro de terapia, la vida de Tim parecía totalmente estable y bajo control, sin embargo, desde hace un mes, las cosas han cambiado. Tim rechaza ir a las sesiones de terapia: no quiere subir al coche antes de ir a las sesiones en los centros donde él y Ariadna realizaban habitualmente su encomiable labor. Ariadna, al notarlo extraño, lo llevó hace quince días al veterinario para que le hicieran una revisión completa. Las pruebas clínicas y analíticas no mostraban nada anormal. Por ello, Ariadna, a pesar de los comportamientos extraños de Tim, decidió continuar con las rutinas normales de trabajo. Pero ayer por la mañana vio que Tim tenía una seria herida en una pata delantera y, además, al intentar subirlo al coche, el perro vomitó. Por ello, corrió de nuevo al veterinario, y hoy le han dado los resultados de las pruebas: todo sigue pareciendo normal. El veterinario, que conoce Tim desde cachorro, le recomienda a Ariadna que acuda a un etólogo (un especialista en comportamiento animal), porque podría ser que todos los problemas que sufre fueran de origen puramente comportamental."¿Tendrá Tim un trastorno psicológico?", se pregunta con sorpresa Ariadna, siendo ella misma psicóloga de "humanos".

Dos días después, Ariadna con Tim acuden a la consulta con el etólogo. Le da un claro diagnóstico: "Este perro muestra muchos signos de estrés, que le está afectando tanto a nivel físico como a su conducta". Tim había llegado, por lamerse de forma compulsiva la pata, a autolesionarse. Esto parecía ser debido a los niveles de estrés a los que estaba sometido en su día a día. Ariadna, en todo el tiempo que había convivido y trabajado con Tim, no había sido consciente en absoluto del estrés que sufría diariamente con la difícil tarea que le tocaba desempeñar. Ahora, Ariadna, por fin, abría los ojos ante la realidad de su compañero de cuatro patas y podía remediarlo.

La historia de Tim no es excepcional ni extraña. Diariamente muchos perros llamados "de trabajo" o "de utilidad" pueden estar sufriendo las consecuencias del estrés causado por su labor, aunque sea tan encomiable como la de cuidar de seres humanos que se puedan beneficiar terapéuticamente del contacto con un perro. En la última década en España han crecido exponencialmente los programas de terapia asistida con perros, por lo que múltiples colectivos han podido disfrutar de sus ventajas, desde pacientes con Alzheimer hasta mujeres víctimas de violencia de género. Esto quiere decir que tenemos diariamente cientos de perros trabajando por el bien de las personas, pero que podrían estar sufriendo los efectos negativos de dedicarse a un ámbito para el que realmente no están preparados mentalmente, aunque se les haya entrenado a conciencia para ello.

Todo esto no quiere decir que los perros no tengan que "trabajar" ni que todos los perros de terapia estén sufriendo estrés, pero no hay que olvidar los riesgos cuando tenemos un compañero de cuatro patas que lleva a cabo una tarea complicada y de elevada exigencia. Los cambios constantes de entorno, la interacción con muchas personas diferentes, los comportamientos atípicos de algunos usuarios o pacientes, entre otros factores, pueden estar suponiendo una carga de estrés importante para el perro.

Con este artículo se pretende concienciar sobre la necesidad de supervisar el bienestar de los perros de terapia, al igual que el de cualquier otro tipo de perro de trabajo (de rescate, de detección, o de asistencia, por ejemplo). Actualmente, se dispone del conocimiento suficiente como para ser capaces de detectar con eficiencia los signos de estrés y/o agotamiento del perro de trabajo. Simplemente, conviene, como guía del perro, tener presente la importancia de evaluar continuamente el bienestar de su perro, su compañero de trabajo y, sobre todo, formarse en este aspecto para saber detectar cuanto antes cualquier signo de efectos perjudiciales para el perro.

Muchos perros de terapia disfrutan con su trabajo, pero debemos recordar siempre que no todos los perros están preparados para cualquier tarea que nos planteamos, por muy beneficiosa que sea la interacción para una persona. Si estableciéramos sistemáticamente protocolos de seguimiento del bienestar de los perros de terapia, conseguiríamos que el ámbito de las terapias asistidas resultara provechoso para todos, perros y personas, y así evitaríamos que situaciones como las de Tim se repitieran.


Comentarios

Entradas populares de este blog

Un Caballo de Río en Alaska

Virus y explotación animal

Taller de Iniciación a la ALIMENTACIÓN VEGETARIANA Y VEGANA SALUDABLES